viernes, 1 de diciembre de 2006

De prof. Alejandra Araya - Dpto. Cs. Históricas








A todas y todos,

Es necesario difundir estas imágenes y estas primeras impresiones de nuestra colega y amiga Claudia Zapata. A la perplejidad de ese primer momento, se suma inmediatamente el horror y la ira, la desolación y ... qué decir, qué hacer. Lo que no podemos hacer es no reaccionar, es no sentirnos interpelados éticamente a decir ya basta! Y también a interpelar por todos los medios posibles, menos los de ellos, a la sociedad entera no sólo sobre la atrocidad de los sucedido, si no que a mirar sobre lo que nos está pasando y sobre lo que debemos hacer como mujeres y hombres comprometidos con humanizar día a día nuestra existencia. Explicar al que no sabe, mostrar al que no ve, mirarse a uno mismo, el cuidado de nosotros, del otro, de uno mismo, que otros vean en nosotros lo que no podemos ver. Muchas imágenes se vuelcan como torbellino que no se detiene, facismo parece reunirlo todo. Pero es más que eso, es ausencia de ética radical, esa que hace que jamás dejemos de ver en el otro a un otro, ética radical esa que hace que valoremos no sólo libros como expresión de nuestro saber vivir como humanos, del saber hacer, de tener algo que defender como un saber hacer. ¿Esos que queman libros, qué saben hacer? ¿Saben encontrar en aquellos, a los cuales apelan para en su nombre hacer lo que hacen, lo que efectivamente quieren? ¿Quién y en nombre de quién puede arrogarse el saber lo que debemos hacer, lo que debemos decir, lo que debemos pensar, lo que debemos sentir? Soy libre, estoy viva, no tengo miedo, siento y lo siento.

AA

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