viernes, 1 de diciembre de 2006

De Teresita Rodriguez - Lic. en Historia

Si existe algo en lo que todos estamos de acuerdo, es en total rechazo que nos genera la reciente quema de nuestros libros. Si bien, no comparto totalemente las opiniones emitidas por las autoridades de la facultad así como también muchas de las opiniones que escuché hoy en la asamblea CGR, creo que este asunto trasciende cualquier nivel de acuerdo o desacuerdo sobre algún tema específico que no sea el horrible suceso del que hoy hacemos referencia. Más allá de si apoyamos o no las manifestaciones de los capuchas o de lo legítimo o no que resulta su accionar -ya tan habitual para nosotros- lo cierto es que el haber quemado los libros de nuestra biblioteca es el símbolo más claro de la inconsecuencia y la irracionalidad a que se ha llegado. Creo que tampoco interesa quién o quienes llevaron a cabo tal aberración; simplemente, el repudio que a todos nos causa este hecho supera cualquier tipo cuestionamiento. Ni siquiera puedo dimensionar cómo alguien llega a tal extremo de inconsecuencia y desatino, peor aún, bajo la consigna mapuche. No entiendo cómo se ejerce una "lucha" contra LA violencia desde una violencia aún peor: hacia nosotros mismos. Es aberrante, simplemente. Peor aún, se juega con símbolos de esa misma violencia que se dice combatir; quemar libros, acto que históricamente carga con un sentido represivo y fascista. Simplemente, no lo logro entender.

Saludos a todos.
Teresita Rodríguez M.
Licenciatura en Historia.

Se pide difundir.

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